jueves, 21 de julio de 2011

De la serie Hablan de nosotros, Torreadrada

El arte de bailar la jota


Torreadrada da nombre a una de las canciones populares más famosas
20.07.11  MÓNICA RICO TORREADRADA.

Rodeado de unos paisajes espectaculares, en un pueblo de sierra, con la roca como principal protagonista que se une con la dehesa donde pastan las vacas y aún se puede disfrutar de especies como los quejigos, se encuentra Torreadrada, el pueblo por excelencia de la jota.

Y es que quién no ha escuchado o bailado en algún momento ese estribillo que dice «Ay que sí, que sí, ay, que no, que no, si tú tienes huerto, jardín tengo yo». Se trata del comienzo y el final de la popular Jota de Torreadrada, un municipio donde este baile típico de la provincia tiene nombre propio.

La misma canción así lo narra: «la ribera para el vino, Valtiendas pa' la cebada, y para bailar la jota, el pueblo de Torreadrada». Esta manifestación cultural tiene su máximo exponente en el pueblo, donde la jota se baila de forma muy diplomática, especialmente por parte de los mayores, según destaca su alcalde, Jesús García. Son ellos quienes conocen perfectamente los pasos y la técnica, todo ello aprendido con la práctica de los años.

El primer edil de la localidad también cuenta cómo hace ya más de cincuenta años la gente acudía hasta el municipio durante las fiestas patronales para ver bailar la jota y aprender de los vecinos del pueblo jotero por excelencia.

Como tal, este baile no falta en las fiestas patronales que se celebran ya desde el mes de enero, cuando en torno al día 20 honran a San Sebastián. Los vecinos también festejan a Santa Águeda, en febrero y San Antonio, el 13 de junio.

Sin embargo, la fecha más especial, la que reúne a más vecinos y en torno a la cual se danzan más jotas, son las de San Agustín, que se celebran el fin de semana más cercano al 28 de agosto. En ella no faltan numerosas actividades culturales, iniciativas para los más pequeños, competiciones deportivas, una gran paellada que reúne a decenas de familiares y amigos, así como partidos de frontenis y pelota a mano, que en otra época estuvieron muy arraigados en el municipio y que se rescatan con motivo de estas fechas especiales.

Días en los que tampoco faltan los actos religiosos, en los que destacan la misa y, de forma especial la procesión, en la que decenas de vecinos vuelven a mostrar su arte y su saber hacer ante la imagen de San Agustín. Las empinadas calles del municipio se llenan de los sones de las dulzainas y tamboriles a los que los vecinos acompañan con sus pasos y cruces de forma incansable.

Pero el mes de agosto, además de las fiestas también lleva hasta el municipio a cientos de vecinos, hijos del pueblo en su mayoría, que regresan a descansar. Con la alegría y el color que regresan al municipio en verano, también llega la escasez de agua, llegando incluso a tener que cortar el suministro durante las noches. Por ello, uno de los proyectos del alcalde es la realización de una perforación para poder rescatar el agua de las corrientes profundas.

Otro de los proyectos es realizar una recalificación de terrenos y poder llegar a acuerdos vecinales respecto a aquellas construcciones que se realizaron de forma desordenada. Terminar de asfaltar algunas de las calles del municipio es otra de las iniciativas, a las que se sumaba la nueva construcción de viviendas, que se ha paralizado debido al difícil momento por el que atraviesa el sector.

Sin embargo, los problemas se dejan atrás por unos días cuando llega la fiesta al municipio de la jota por excelencia, en cuya historia cuentan con grandes personajes, como el cantante Ismael, nacido en el lugar o el doctor Luis Teófilo Hernando, de la época de Gregorio Marañón, que fue discípulo de Ramón y Cajal y posteriormente se convirtió en su propio facultativo. Un busto en la plaza recuerda su figura.
El Norte de Castilla.

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