jueves, 26 de noviembre de 2009

Iglesias en venta por falta de fieles

El Vaticano podría vender o demoler las iglesias que están vacias, que no tengan valor artístico y que cuesta mucho mantener.

26/11/2009
Ciudad del Vaticano, 26 nov (EFE).-
Las iglesias que están vacías por falta de fieles, que no tienen valor artístico y cuesta mucho mantener, pueden ser demolidas o vendidas, aunque hay que tener cuidado a la hora de la venta, para que no acaben como una en Hungría, que fue convertida en un club nocturno de destape.

Así lo manifestó hoy en el Vaticano el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, en una rueda de prensa en la que hizo balance del vigésimo aniversario de la creación de Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia.

Ravasi señaló que la existencia de iglesia vacías y de costoso mantenimiento es una realidad en todo el mundo y que, ante la disminución de fieles, -"fenómeno que vemos por desgracia incluso en el centro de Roma"-, cuando un templo "no tiene un especial valor artístico y necesita exorbitantes intervenciones, pueden ser traspasados o demolidos".

El arzobispo agregó que corresponde a las conferencias episcopales tomar las decisiones, pero abogó para que sean "muy cautas" a la hora de la venta para que no ocurra como sucedió en Hungría, "donde una iglesia fue transformada en un club nocturno y en el altar hacían striptease", afirmó.

El "ministro de Cultura" del Vaticano dijo que las directrices de su departamento son tutelar, conservar y valorar los bienes de la Iglesia y al mismo tiempo promover la construcción de nuevos templos donde sean necesario. Resaltó la colaboración del Vaticano con la UNESCO y, tras destacar la labor de ese organismo dijo, no obstante, que algunas de sus decisiones sobre declaraciones de patrimonio de la humanidad son "discutibles".

El vicepresidente de la Comisión para los Bienes Culturales, Francesco Buranelli, fue preguntado sobre el cobro de una entrada a los turistas para acceder a determinadas iglesias, a lo que contestó que aunque puede parecer "inoportuno", muchas veces resulta "absolutamente necesario" debido a los "enormes gastos" que las diócesis deben afrontar para su conservación y restauración.

Buranelli agregó que la entrada para el turista tiene justificación y aseguró que en ninguna iglesia se cobra el ingreso a un fiel que desea rezar.

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