Un joven australiano de 20 años en estado de ebriedad decidió echar una siesta sobre las traviesas del ferrocarril y pudo salvar la piel de milagro, pues un tren le pasó por encima dejándole con pequeñas heridas y un golpe en la cabeza.
El joven decidió echar una siesta en Port Augusta, un pueblo de 10.000 habitantes de la región sur de Australia hacias las 03.40 horas de la madrugada del viernes 11 de enero.
El conductor del tren pudo ver al hombre y tiró del freno de mano al instante, pero el tren no se detuvo a tiempo y pasó con 3000 toneladas de carga por encima del joven.
"Debió de tener un sueño muy dulce" declararon los directvos de la empresa ferroviaria "por muy poco el tren pasó sobre el joven, y no por encima". Entre los vagones y el suelo solo hay una distancia de 30 centímetros.
El joven fue trasladado al hospital donde recibió tratamiento por heridas superficiales y un golpe en la cabeza que recibió cuando intentó sentarse.
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